Archivo por meses: enero 2015

Fondos buitre

Es muy importante uncirse a nuestra tradición, sujetarnos a la esencia garantiza que todo lo que proyectemos triunfe, al tener un sentido que en realidad trascendería el tiempo. Es lo que ha venido a decir, poco más o menos, Aznar cuando habló de la orientación del PP.

Sin duda que resulta vital incrustar el neoliberalismo en el marco del tradicional Nacionalcatolicismo, pero no sólo para ganar elecciones. A la política liberal le son imprescindible los curas.

Wittgenstein apuntó que si Dios me puede perdonar carece de sentido que yo no me pueda perdonar. Por eso se cuenta que los dictadores argentinos cuando tiraban desde el avión en vuelo a sus víctimas eran recibidos al aterrizar hasta por obispos que iban raudos a confesarlos.
Al que implementa las políticas neoliberales sin cerrarse los ojos a sus consecuencias la confesión le sería indispensable porque si no no podría dormir por las noches a no ser ciego de morfina.

Estatura moral

Las guerras antes eran brutales, los hombres abriéndose en canal, ya sabemos. Ha habido mucho progreso. Por ejemplo, cuando los legionarios de César guerreaban en las Galias, tanto los galos como los germanos que de vez en cuando hacían incursiones más allá del Rin acostumbraban a gastar malvadas bromas a propósito de la corta estatura de los romanos. Ellos les sacaban hasta medio metro a los latinos. Pero cuando los temibles germanos de Ariovisto atacaban armados de hachas (los legionarios el día anterior se lo pasaban llorando en su tienda absolutamente aterrorizados y queriendo morirse ya), al final resultaba que los romanos les hacían frente, les hacían retroceder y los derrotaban en toda la línea.
Era la virtus, el valor, tanto físico como moral: hacer frente a una horda de germanos de metro noventa, peludos y sedientos de sangre, y encima vencerles.

Acabo de ver en la sexta cómo muchos policías como de metro ochenta-noventa, con sus cascos y porras, invadían marcialmente una vivienda social presa de un fondo buitre (¡a sus órdenes!) tras abrirse paso con mazas, para echar a la calle a una mujer en camisón con un niño de meses en los brazos, su pareja desesperada junto a otros dos menores. A la puta calle ahora en Enero (la muerte puede que sí sea el final a pesar de lo que diga ese himno). En fin, no sé por qué pero el alentador episodio, aparte de casi hacerme vomitar por ser humano, me ha recordado lo de la virtus de los legionarios romanos, tan bajitos, expulsando a los germanos de Ariovisto. Será porque se trata de echar a alguien…

Lo dicho, ha habido mucho progreso, particularmente en lo de la obediencia debida, como todos sabemos en el siglo XX se llegó a cotas espectaculares con este tema

Irnos a la mierda

Mis amigos y amigas que van al psicólogo (cada vez son más) me cuentan la clave de lo que les pasa, que al final se la han dicho por no mucho dinero: en el balance, en el debe y el haber de sus vidas, han dado mucho más de lo que les han dado, ahí, ahí está el meollo. Y eso, claro, se va a acabar, ¡¡hasta ahí podríamos llegar!!, que me timen, que me estafen , que me chupen, que me vampiricen, «yo sólo he comido para mí», yo ya no tengo más en el almacén, ya lo dí todo, y no me han dado nada a cambio, me han desvalijado.
Uséase, la clave de lo mental y de lo afectivo y lo sexual y lo laboral, la clave de lo social, de lo político, de lo económico, de lo religioso, la clave cósmica es la contabilidad, la lógica del contrato. Dios es el Contable Máximo, con su Libro de Cuentas, (y Hawking al tanto de todo).

Claro, a toda esta mentalidad de psicólogos y psicólogas, que es la de la mente-mercado y por tanto la de todos nosotros, le faltaría conceptualizar el excremento, la mierda, lo que sobra y ya no se puede utilizar. Porque lo enigmático es que sí se puede utilizar: la mierda es el mejor abono, de la mierda rebrota la vida más hermosa que nunca. Y quizá el único sentido noble de la vida que nos queda es hacernos mierda, convertirnos en mierda, que entre todos nos dejen hechos una mierda. Así nacerá la rosa encendida, lo que nunca entenderán los psicólogos.

La psicología «científica»

El llamado paradigma cognitivo-conductual pondría, por ejemplo, la clave del dejar de fumar sencillamente en tener muy claro el beneficio esperado en el dejar de fumar. Y no en «la fuerza de voluntad», como constructo mítico, metafísico e incomprensible. Con la famosa «voluntad» el psicólogo no sabe qué hacer y por eso se apresura a traducir la palabra de cuatro mil maneras más bien mentecatas.
La psicología cognitivo-conductual hace de sus «clientes» almas capitalistas con acento angloamericano, todo cuyo problema en la vida sería ver con claridad el beneficio esperado (lo demás se nos da por añadidura). Porque «sólo una cosa es necesaria», saber con certeza en qué consiste el beneficio esperado, y por eso hay tantos psicólogos científicos que además son cristianos o capítalistas del más allá. Lo que el hombre sano quiere es «ser pagado», por eso es mentalmente sano. El hombre sano es el que va por ahí preguntando siempre, en cuanto llega el momento de la seriedad: «¿qué hay de lo mío?».
O sea, Don Quijote sería la misma definición del loco, y sin duda la gran desgracia de la cultura hispánica no dejaría de ser, desde el punto de vista de este capitalismo del alma, haber despreciado algunas veces esa aspiración al beneficio.