Archivo por meses: septiembre 2022

NAPOLEÓN

Napoleón se dedicó a reforzar la escuela pública francesa al principio, mientras defendía la república, siempre amenazada, con sus increíbles hazañas militares. Pero cuando se volvió un tirano hizo todo lo posible por debilitarla. Y es que la escuela pública francesa de aquella época era terriblemente exigente en Lógica, y ya se sabe, la Lógica es muy peligrosa para el poder. Nos lo cuenta Stendhal.

HOSPITALES CATÓLICOS DE MADRÍS

Hasta aquel momento había sido ella, la bella Jarifa, la más aplicada estudiante del Colegio de la Jesuitinas de la Ribera del Manzanares. Pero no solo eso, también de las más devotas, casi lo era ardientemente, nunca se perdía un Ángelus, una sabatina, el rosario del recreo, lo que fuese. Escuchaba sin perder ripio las reflexiones tan santas del Padre Floro, con verdadera fruición, como sorbiendo una a una sus palabras. Como es lógico, las hermanas estaban sencillamente prendadas de ella, y ya imaginaban cosas grandiosas para su futuro en sus mentes calenturientas. Pero un día, en mitad de la clase de finanzas y emprendimiento, hete aquí que empezó a gritar incoherencias haciendo extraños gestos y como babeando. La profesora, muy alarmada, mandó avisar enseguida a la madre superiora, y esta, tras comprobar que aquello no era nada normal, decidió llamar al Padre Floro. Algo hizo este hombre de recursos, cosa no reñida en su caso con la santidad, que en un santiamén se ponía en acción el potente músculo sanitario de la Comunidad. Acabaría ingresada la infeliz en la planta de Psiquiatría de uno de los Hospitales Católicos de Madrís; en concreto, y si mal no recuerdo, el «Beato Genaro» de Moralzarzal. Iba a ser diagnosticada Jarifa, tras los pocos días que quedó allí en observación, de DBC (Desorden Blasfematorio Compulsivo). Naturalmente, aplicaron los médicos del centro el protocolo a seguir en estos casos cada vez más frecuentes, el tratamiento de exorcismos puesto a punto por aquel célebre dominico tan experto, cuyo nombre en este momento no me viene. (Ya se sabe, o pasar por eso o el exilio para la pobre Jarifa).

SAVATER KIKO

Para Monseñor Savater ocurre lo que ya se sabe: esos que los señorones denominan “los débiles” (y que tantas veces los aterrorizan, dicho sea de paso, así que muy débiles no serán) son objeto de nuestra inquietud o caridad cristiana. Porque nuestra cultura es cristiana, menos mal, y entonces nos preocupamos por “los excluidos del gran banquete capitalista” pero solo en la medida en que nos queda algo de cristianos. Si no fuera porque (aún) es la nuestra la moral cristiana, a “los débiles” se los podría llevar el diablo, porque está claro que sin cristianismo no hay humanidad ninguna (ya se sabe, los griegos y los romanos antiguos, esos monstruos). Exactamente lo mismo, casi palabra por palabra, como si fuese doctrina entre ellos, le escuché decir este año a un sacerdote filosófico de los llamados “kikos”, según dicen la extrema derecha que gobierna en Madrid. En fin, se empieza como pilarista revoltoso y se acaba oficiando de monseñor. Pero para eso, ya lo dijo Schopenhauer, se podía haber ahorrado uno todo lo que hizo entre medias.