Archivo por meses: enero 2022

El materialismo

Todo lo que hay ha de estar hecho de algo.

No se tiene noticia, no se ha detectado, ninguna sustancia o propiedad que no sea física (materia-energía: fisicismo sensato). O bien, la única energía es energía física.

Fisicismo greedy o delirante: no solo están hechos de materia-energía los jueces de un tribunal sino que las sentencias que dictan no son más que materia y energía.

(Daniel Dennett: mild materialism) Y si no qué?

GRIPELIZACIÓN

En la sanidad pública andaluza, puedo dar fe de ello, desde el 19 de diciembre no le hacen a nadie una PCR como no tenga más de setenta años, o no esté vacunado o conviva con vulnerables. Por muchos síntomas que tenga compatibles con la COVID. Eso sí, te dicen que te quedes cinco días en casa, aunque no estés registrado en absoluto como positivo. Con lo que se están forrando las clínicas privadas, a no dudarlo de gente fiel o incluso amiga o emparentada. Se les llena la boca con lo de la libertad individual, pero está claro que la vida del individuo es para esta gente solo un medio para sacar pasta (= servir a la sociedad). Han identificado el beneficio suyo con el de todos, hace falta ser tonto para creerlo. Y de ahí la muy paradójica sintonía del neoliberalismo con el neofranquismo.

EL ALUMNO BUENISTA

Creo que desde casi siempre he tenido algún alumno buenista en algún grupo de las diferentes asignaturas que he venido dando a lo largo de los años. Lo sé porque todos ellos convienen en una cosa, en hablar de Gustavo Bueno a la mínima ocasión que se les presenta, no importa que no venga a cuento, aunque no esté en el programa porque la materia no tenga que ver con él (pero igual cualquier materia, divina, humana o de jardinería, tiene que ver de alguna manera con Gustavo Bueno). Pero bueno, cada estudiante de filosofía lo ve casi todo con los ojos de su maestro. El problema viene de que ninguno de estos buenistas llegaba a estudiar nada de las asignaturas que se explicaban. Como si no se dignaran a hacerlo, como si no quisieran rebajarse porque estudiar tales pequeñeces ofendiese su sabiduría inmarcesible. Eso sí, después de todo querían aprobar, por eso aludían con desdén a alguna de las ideas y los autores estudiados en clase, pero invariablemente para denunciar su indigencia intelectual comparados con su maestro. Donald Davidson, por ejemplo, vería problemas donde no los hay, el pobre, y eso viene de que desconocía a Gustavo Bueno. Algunos de estos buenistas le podían llegar a reprochar a Davidson, incluso, que además no era español sino de esas explotadoras culturas anglosajonas hijas del protestantismo.

Lo que me irrita un poco es que estos alumnos dan la impresión de querer imponer a Bueno en mis programas docentes. Porque ahí sí que me van pillar, yo no he leído nunca nada de Gustavo Bueno. Pero cómo es esto posible, no me da vergüenza? La verdad es que la culpa de que Bueno no esté en mi programa, de que yo no conozca su obra de primera mano, aparte de que no tenga relación con lo que me interesa, la tendría no yo exactamente sino Fernando Savater. Y es que de joven estudiante le hacía caso en todo a Savater, salvo en alguna cosilla, y le oí decir una vez aquello de que «Gustavo Bueno es el Paco Martínez Soria de la Filosofía española». Se me clavó la frase en el cerebro, y por eso es mi ignorancia supina.

SAGRARIO VILLARTA: LA PINTURA ANTES DE LA PALABRA

https://sagrariovillarta.wixsite.com/misitio

En toda la rica variedad de su obra pictórica—abstracción, figuración, ilustración—Sagrario Villarta (Toledo, 1956) nos permite atisbar, incitándonos siempre a descubrir algo diferente más allá de lo que a cada paso nos entrega, o sea, seduciéndonos, ese magma emocional, tan antiguo y por eso a la vez tan ambiguo, propiamente trágico, del que nacería la condición humana. Emociones positivas y negativas, decimos nosotros— y al calificarlas así, como de costumbre, al fácil modo bipolar, pretendemos estar sabiendo algo de ellas cuando en realidad a nadie engañamos—, que se hallarían invariablemente antes de toda palabra y de la conciencia representativa que iría de la mano del lenguaje. Hasta en la misma figuración, en la representación que con facilidad se allega al verbo, todo se difumina, en la obra de Sagrario Villarta, con el efecto de las proyecciones intensivas de la emotividad. De modo que se hace evidente que se trata de representaciones sin dimensión semántica, solo aparentes, porque no pertenecen propiamente al lenguaje ni a la claridad del día, sino que se sitúan en la esfera originaria anterior a él.  

CRÓNICA ROSA

Cuando se cumple un año del asalto al Capitolio por la chusma que aún hoy amenaza la democracia mundial, los de la crónica rosa de TVE se han deleitado hablándonos de Melania Trump y su carísimo sombrero en bitcoins, tratando a la familia del idiota con verdadero cariño. Llegado el caso, los de las crónicas rosas le habrían hecho fiestas al mismísimo Hitler con verdadero entusiasmo. Absoluta degradación la de esa gente y su lascivia del dinero.