Archivo por meses: agosto 2016

Idio

Si es tu verdad, entonces es solo tu verdad, es decir, una idiotez, lo mires por donde lo mires. Y entonces valdrá como algo curioso o divertido, en el mejor de los casos, dependiendo de cuántas verdades del tipo no idiota la acompañen.

Nietzsche y la mujer

Nos toma por estúpidos todo aquel o aquella que pretende no haber dicho ni haber hecho ninguna estupidez (ni seguir con ellas). La verdad de que la vida humana está corrompida por el pecado o la muerte es que la estupidez vive en todos nosotros desde que nacemos hasta que morimos, en mayor o menor medida. Por eso el filósofo que está dispuesto a mostrar de vez en cuando, conscientemente, su propia estupidez, dura como el granito, es decir, lo ineducable de uno (algunas cosas de Nietzsche sobre «la mujer», por ejemplo), es de verdad filósofo, o filósofo hasta el final, porque no miente nunca, a diferencia de todos los demás, los que pasan por «nunca estúpidos».

Tranquila tarde de otoño

«Los aristócratas del espíritu natos no son abiertamente diligentes: sus creaciones aparecen y caen del árbol en una tranquila tarde de otoño, sin que sean precipitadamente deseadas, promovidas y arrancadas por algo nuevo. El deseo de crear sin parar es vulgar y traiciona los celos, la envidia y la ambición. Si uno es algo no tiene necesidad de hacer nada–y sin embargo hace muchas cosas. Sobre el ser humano «productivo» existe una especie todavía más elevada» (Nietzsche, HH 210)

Peligro del desgraciado

«Porque una cosa es necesaria: que el ser humano consiga estar satisfecho de sí mismo–aunque sea por medio de esta o aquella composición poética…El que es infeliz consigo mismo se halla siempre en situación de tomar venganza a causa de ello, y nosotros seremos sus víctimas, aunque solo sea porque tendremos que soportar la fea visión de su persona. Porque la visión de lo feo engendra fastidio y descontento» (Nietzsche, GS 290)