Por supuesto que la belleza no es de clase trabajadora.
Archivo por meses: abril 2014
Clase de religión
¿Cómo que qué hacemos con la religión en la escuela? Está clarísimo, sustituirla por una buena educación sexual. Así se evitaría mucho sufrimiento inútil, y encima se eliminaría el llamado fenómeno religioso.
El amor (2)
Nietzsche interpreta en «El Anticristo» que si hacía falta una religión del amor es porque por amor se aguanta todo…
(La aspiración más alta del tirano es que le quieras)
El amor
Que te manden amar, o no amar, rompería la gramática de la palabra «amar», y por tanto es un mandato que carece de sentido. Se ama lo amable, o a la persona que te hace feliz (y por lo tanto puede hacerte sufrir). Uno amaría, en el fondo, vaya usted a saber el qué.
Es como si alguien cuerdo te dijera: «ama sólo a los que merecen tu amor, de lo contrario serías injusto». Ese sí que estaría cuerdo, incluso tan cuerdo como para haber leído a Freud, pero también habría caído en el sinsentido al utilizar el imperativo del verbo «amar». «Ama tú» («no ames tú) carece empleo.
Por otra parte, pretender amar a todo el mundo, indiscriminadamente, Franco incluido, conduciría a la larga al psiquiatra, o a cosas peores.
El Cristianismo
Si el Cristianismo te deprime, entonces es falso. (No tendría sentido la idea de «vencer a la muerte», como no sea el de morirse del todo).
Por eso a mí el Cristianismo me deprime, me aburre y me envejece infinitamente (acercamiento a la muerte que sin duda puede ser bellísimo, la bella muerte como una mariposa negra)
(Madmen Making Machine, Christianity)
El inmoralista
Mírenlos a la cara a todos los sabios famosos desde hace milenios: nada más que viejas, que mujeres de edad, que madres, para hablar con Fausto. «¡Las madres! ¡las madres! Suena tan escalofriante».
(Nietzsche, por supuesto)
Narciso mal visto
Definitivamente, uno no es nada sin su narcisismo, el mínimo que la vida le va dejando, año tras año. Y una forma desesperada de salvaguardarlo es entregarse a una causa.
Voracidad
Ni dios ni la familia ni el trabajo ni la patria ni el rebaño, el tirano más insaciable en el sacrificio es el YO, y además el que nos exige los sacrificios más cruentos y sobre todo ridículos.
Atropellarnos
Esta gente nos atropella, en sentido figurado o literal, en potencia o en acto.
Religión
Cuando la religión se convierte en la única obsesión que entretiene al personal entonces nos hallamos en lo más profundo del nihilismo. Entonces sí que Dios está podrido del todo.