No se dirige su «odio» contra Israel, todo lo contrario. En realidad lo admira porque sería el pueblo de la más intensa voluntad de poder, triunfante en las condiciones más adversas. Y admira la época de los Reyes por encima de todo. Pero cuando llegaron a dominar en él los sacerdotes, se las arreglaron para supeditar toda interpretación del acontecimiento al esquema verdaderamente idiota o simplista de «obediencia o desobediencia a Dios». O sea que dió comienzo la metafísica del verdugo que iba a hacerse universal con el cristianismo de Pablo. Y aquí sí que comenzaría ese «odio» al sacerdote.
No es Nietzsche antisemita
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