En la primera novela de esta genial filósofa escritora el protagonista acostumbra a ir a charlar y tomar té con una señora que regenta un inverosímil negocio de venta de libros y periódicos viejos en el que nadie entra, fumando sin parar cigarrillos que va encendiendo cada uno de ellos con la colilla del anterior, y rodeada de una multitud de gatas que paren sin parar y se orinan por todas partes, encima de los libros y los periódicos.
Un día el protagonista entra en la tienda especialmente deprimido, y la señora le pregunta: «¿de qué se trata esta vez, de dinero, de sexo o de gente?» «¿Cómo?», responde él. Y entonces ella sentencia: «sí, los tres infiernos de la vida humana, el dinero, el sexo y la gente».
Jajaja, buenísimo. Por esta reseña buscaré esa novela.