«¿Han visto ustedes alguna vez una niña tan bonita como el más abandonado de los gatos de albañal?»
(…)
«Esto me recuerda el tiempo en que mi amigo y camarada Romundt, un maestro en Schopenhauer e incrédulo si alguna vez conocí a alguno, anunció públicamente su intención de unirse a la Iglesia de Roma. A mí y a los otros asociados de la universidad nos hizo la misma impresión que si nos hubiera dicho que estaba cansado de ser un hombre y que en una fecha futura entraría en una jaula del zoológico local para convertirse en mono. ¿Qué lo ha fatigado tanto de la aventura del pensar?, le preguntamos, y por supuesto, no contestó»
(Atribuidos, controvertidamente, a Nietzsche en el manicomio).