Cuando se tiene la cabeza ya completamente vacía, cuando no le han quedado ni siquiera las maldades ni tampoco las estupideces, al imbécil de solemnidad siempre le quedará el recurso de decirnos que lo que tenemos que hacer para resolver nuestros problemas es digitalizarlo todo.
Hasta a la madre que lo trajo o que lo dio, qué a gusto se quedó, regalo del mundo.
Baboso Rajoy Virtual
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