El ministro del gobierno de España, Jorge Fernández Díaz, está que se muere de gusto, que se le hace el culo pesicola, cada vez que habla de la jerarquía de la Iglesia Católica (fuera de la cual no hay salvación). El obispo Cañizares por ejemplo es puro, sabio, misericordioso, lleno de carismas, ungido, santo, y si le oímos decir todas las cosas sucias y bobas que le oímos decir es culpa nuestra, es que le entendemos mal, es que no sabemos nada, es que somos imbéciles.
Llevan tanto tiempo tomándonos por imbéciles que al final va a resultar que de verdad lo somos.