Me da la impresión de que quien piensa que lo puede entender todo es simplemente un iluso (o un idiota o nos quiere vender algo).
Claro que, como al fin y al cabo hay una experiencia interior que sería la experiencia del entender (sin entrar en el complejísimo asunto de que tal experiencia sea o no definitiva del entender mismo) tenemos que reconocer la posibilidad de alucinaciones consistentes en figurarse comprender cosas cuando en realidad no se comprende nada. Por eso el imbécil es tan disculpable aunque dañino (y por eso es tan fácil para cualquiera caer en la imbecilidad).
Y otra posibilidad más inquietante todavía es la de que en realidad no haya nada que comprender, ningún mensaje en absoluto, porque entonces toda experiencia de comprensión sería alucinación extrema o por partida doble.