Ha dicho un listillo neoliberal que el comunismo supone un atentado contra la naturaleza humana.
Y es que necesitan al hombre caído, hundido en el fango, de cabeza en la Gürtel, para justificarse a sí mismos y sus desmanes. Por eso encajan tan bien con los cristianos. Porque si no estuviéramos todos «naturalmente» hundidos en el fango Cristo habría venido en vano (y los curas y las monjas sobrarían).