Stendhal se adelanta un siglo a Wittgenstein en «La Cartuja de Parma».
A Fabricio le persuaden para ingresar en el Seminario Eclesiástico de Nápoles, y entonces le transmiten este consejo del conde Mosca: «nunca discutas lo que allí te digan los curas, créelo ciegamente. Discutirlo sería tan absurdo como discutir las reglas del whist».
(En misa es como si estuvieran jugando al póquer, pero tal vez sin perdedores).
La fe
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