El único dios

Fabricio le comunica a su tía su propósito de marcharse a Nueva York. Y entonces ésta le dice que allí no tendría nunca nada que hacer, igual que ella. Se trata de un país en el que adoran al dólar, y además hay que respetar a los «artesanos de la calle» porque ellos lo deciden todo con su voto.
(Parece ser que las dos cosas irían juntas…resulta siniestra la mera sospecha).

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.