Es sin duda peligroso querer asentar en el amor el conjunto de las relaciones humanas. Y no sólo porque el amor se puede terminar de repente, y es que esto le ocurriría a todo por otra parte, y entonces a ver qué pasa con la convivencia. Sino sobre todo porque el amor siempre está enmarañado con el odio, como toda cosa lo estaría con su contraria. Como Freud incontestablemente nos mostró. Claro que hubo místicos que pretendieron hacer arder todo lo que no se dejara reducir al amor. Pero eso es una prueba más: se trata de hacer arder…
Por eso las culturas sabias buscan además, para el matrimonio, otros fundamentos menos resbaladizos y peligrosos. Por eso una religión del amor puede resultar tan extremadamente violenta con el que no ama o no se deja amar.