La mística cristiana de la virginidad, tal y como Foucault la documenta y la examina en los santos varones del siglo IV, es quizá el delirio más loco del que he tenido noticia en mi vida. Pura materia psiquiátrica, pero institucionalizada y llevada a la práctica. Lo único de interés que se puede extraer de todo esto es que para estos señores tan enfermitos la sexualidad era el mal en sí.
LA VIRGINIDAD
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