Cierta deformación profesional, que no enfermedad mental todavía, pienso yo para tranquilizarme, me habría llevado a tragarme la programación de Nochebuena de Televisión Española. Al final, creo que el tremendo, penoso esfuerzo igual ha valido la pena: confirmación más allá de toda duda de una de las tesis fundamentales de Carlo Cipolla, la de que la fracción de gilipollas (el célebre número épsilon de cretinos) se mantiene constante a lo largo del tiempo en cualquier comunidad humana. Quiere decirse, con independencia de régimen político y época, ya sea franquismo, transición o democracia, los años sesenta, setenta o el siglo XXI. Son igual de numerosos los imbéciles, no importa las veces que se haya reformado el sistema educativo. Y a veces, como aquí, apostaríamos a que son exactamente los mismos, o las mismas familias de merluzos manejando el cotarro.
INVESTIGAR EN NOCHEBUENA
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