«Hoffer fue uno de los primeros en reconocer la importancia central de la autoestima para el bienestar psicológico. Mientras muchos escritores recientes se enfocan en los beneficios de una autoestima elevada, Hoffer se concentraba en las consecuencias de tener una baja autoestima. Preocupado por el surgimiento de los gobiernos totalitarios, especialmente los de Adolf Hitler y Iósif Stalin, intentó hallar sus raíces en la psicología humana. Descubrió que el fanatismo y la hipocresía están enraizadas en la duda, el odio hacia sí mismo y la inseguridad. Según lo describe en The True Believer, una obsesión con el exterior o con la vida privada de otras personas es sencillamente un intento cobarde del individuo por compensar su sentimiento de vacío existencial.
Los movimientos de masas analizados en The True Believer incluyen a los movimientos religiosos (con extensas discusiones sobre el Islam y el Cristianismo), así como los movimientos políticos. También incluyen a los aparentemente benignos movimientos de masas que no son ni políticos ni religiosos. Un principio clave en el libro es el agudo razonamiento de que los movimientos de masas son intercambiables: Hoffer notó que algunos nazis fanáticos luego se tornaron fanáticos comunistas; que algunos comunistas fanáticos luego se convertían en fanáticos anti-comunistas; o que Saúl, perseguidor de los cristianos, luego se convirtió en Pablo, cristiano fanático. Para el verdadero creyente la sustancia del movimiento de masas no es tan importante como el hecho de que él o ella es parte de ese movimiento. Hoffer incluso sugiere que es posible detener el auge de un movimiento de masas indeseable al sustituirlo por un movimiento de masas benigno, el cual le daría a aquellos predispuestos a unirse a un movimiento un desfogue para sus inseguridades.»
Muy interesante la idea de Hoffer para pensar a un sujeto idealista “extremo” como un sujeto proclive a identificarse y adoptar cualquier ideología (también de un modo extremo) para poder así sostener su propio fanatismo.