Decía Freud al final de la gran guerra que la actitud civilizada del «como no sea bueno, de los muertos no hay que decir nada» se basa, entre otras cosas, en creer que el muerto habría hecho algo muy difícil.
(Pero resulta que morirse es lo más fácil del mundo).
También se basa esa actitud civilizada, seguro, en la creencia de que la muerte es el peor de los males, y entonces juega aquí la piedad. (Pero ya decía Sócrates que eso, como saber, no lo sabemos).