De la educación pública en España solo quedan ruinas, y eso en todos los niveles, colegios, Institutos, Universidad. Las sucesivas reformas y los recortes de la inversión autonómica y estatal han acabado con casi todo lo que teníamos. Por eso, el que ahora afirma que los responsables del fracaso escolar son (sólo) los profesores, o es un ignorante, o muy tonto, o muy listo y trama algo, pero casi con seguridad un canalla. ¿Por qué no se pasa un curso académico intentando enseñar en un Instituto de barriada madrileña, como tantos otros, con un buen tanto por ciento de padres en paro y en el alcohol?
Por lo demás, allí en los Institutos, por ejemplo, y en las actuales circunstancias, la evaluación del profesorado sólo va a significar en la práctica el aumento del servilismo a los directores y demás autoridades educativas (en eso nos enseñan a los profesores muy bien en este país, a doblar el espinazo), y también sin duda la obligación de apuntarse al descerebrado delirio pedagógico de turno (es decir, aprenderse seis o siete palabrejas inmundas y completamente vacías, las de la LOMCE son para hacer una película y varios trabalenguas).
Y en cuanto a nuestras Universidades, ahora cuando se jubila una catedrática contratan en su lugar a un asociado de 90 horas por menos de unos 600 euros. ¿Y qué esperáis entonces en los «rankings»?
Esperan conseguir votos levantando a padres contra profesores, porque así echan tinta china sobre su propia culpabilidad, ellos, los únicos culpables.
Hay profesores malos y buenos, por supuesto, como en todos los oficios. Pero además de políticos y periodistas y abogados muy malos, muchos de ellos son corruptos y manipuladores, lo que no es óbice para que les sigan votando y leyendo, eso sí que es hacer daño.