«En el fenómeno del participar espontáneo en las manifestaciones vitales sensibles de alegría, felicidad, dolor, angustia, tristeza, afectación en la forma de alegría o en la de dolor compartidos, la suposición de una raíz común del ser-hombre, y de un ethos común de la humanidad, gana una evidencia generalmente accesible y vinculante: ‘la dignidad del hombre hay que entenderla entonces como el valor que yo le doy al otro yo incondicionalmente, porque es un hombre'» (Vogel citando a Pieper).
(A la dignidad humana a través del cuerpo expresivo, o la carne).