No tiene nada que ver el imperativo délfico (conócete a ti mismo, o sea, nada en demasía) con la «asunción de la castración», ése es el gran error a costa del cual se pretende hacer revivir al psicoanálisis como epistemología ética.
Porque la hybris no es la psicosis, y el que no es capaz de la primera no es que sea cuerdo sino simplemente triste y aburrido, por muy cortés e incluso brillante que pueda parecer a primera vista.