Si me preguntaran de qué nos puede servir hoy la lectura de Nietzsche, aparte de para aprender a filosofar, yo diría, simplemente, que para mantenernos jóvenes, es decir, para seguir adelante sin reposar en el imbécil algoritmo del credo definitivo. Porque ya tenemos más de sesenta, no dejamos de agradecerle al filósofo alemán que todo lo que escribió lo escribió joven. Las ideas consolidadas son solo esclerosis cerebral, la que nos acecha desde los veinte años. Savater denunciaba este hecho, no hay que tomarse muy en serio a Nietzsche porque su escritura es la de un joven y nosotros ya no lo seríamos. Pero yo por mi parte nunca lo celebraré lo bastante.
Nietzsche
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