El padre de la filosofía es el desengaño, y su madre la alegre desconfianza. Lo demás son farsantes del marketing que sacan conejos de su chistera. Pero esos son los que incentiva el capitalismo salvaje. La filosofía con ellos sí que sirve para algo, es decir, sí que se puede vender. Algunos incluso llaman a eso servir a la sociedad.
La filosofía
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