POR QUÉ MUERE DIOS

Porque los teólogos le ponen un límite: «Dios solo puede ser bueno», y entonces no puede hacer la parte mala, lo que es una terrible limitación. Cualquiera de nosotros sufriría terriblemente si tratara de ser solo bueno. «Como ven, convierten a Dios en un neurótico, pues debe sufrir terriblemente si tampoco puede hacer las cosas malas del mundo, lo que sería hasta tal punto una violación de la idea del dios que este debería evaporarse. Así que es evidente, incluso teológicamente, que han creado un vapor que no puede contener a Dios: algo dinámico y poderoso que nunca se rebajaría tanto para ser solo bueno. Eso quedaría absolutamente excluido»

Entonces el profesor Fierz interviene poniéndole nombre a la otra parte: el diablo, pero los teólogos no se dan cuenta de que es exactamente lo mismo.

A lo que responde el Dr. Jung: «(…) del diablo no hablan tanto. No sería una buena forma. Yo mismo le hice pasar muy malos ratos a mi padre hablando del diablo. Encontraríamos muy poco sobre el diablo en sus libros. Buscan escamotear la realidad de la oscuridad: no saben qué hacer con ella. Perturbaría en exceso su sueño, y son maestros del buen sueño«

(Tomado del Seminario de Jung sobre el Zaratustra, pp. 307-308)

JUNG SOBRE EL ZARATUSTRA

«Deberíamos ponernos en el lugar de un pobre profesor de la universidad de Basilea que decía cosas tan terribles. Después de este libro [el Zaratustra] dijeron que estaba loco. Jakob Burkhardt tuvo escalofríos cuando lo tocó; se retorció de lo horrible que era. Pero no sabían en qué momento se volvería loco. No que hubieran sido capaces de diagnosticar la locura en este libro–ni siquiera los alienistas en esos días lo habrían conseguido–, pero las ideas que expresaba les provocaron una especie de fiebre fría debido a que lo inconsciente comenzaba a removerse en ellos. (…) Por ello, durante las décadas siguientes, si alguien se suicidaba, decían: «Oh, ha leído a Nietzsche. Son las ideas de Nietzsche. No hay duda de que si uno lee libros así, el mundo se irá al infierno». Podíamos escuchar esa clase de cosas en la guerra mundial; la psicología alemana ha sido explicada por Nietzsche. ¡Como si la política alemana se debiera a Nietzsche! Prácticamente ninguno de ellos había leído sus libros. Nietzsche tenía muy mala reputación, no por sus aforismos–nadie con un poco de médisance tendrá algo que decir contra ellos–, sino que tendrá mucho que decir contra Zaratustra. Pues Zaratustra es un libro extraordinariamente decente, mientras que los aforismos son en parte médisance, en parte malevolentes. Todo el mundo citaba algunos aforismos con una risita como una especie de bon mot, como ‘el gran chino de Königsberg’, esto es, Kant. Podemos soportar esas cosas. No perturban nuestro sueño y nos proporcionan una buena digestión»

(C. G. Jung: El Zaratustra de Nietzsche, p. 295)

EL MARQUÉS DE BRADOMÍN

«Yo sentí una fiera y dolorosa altivez al dominarme. Mis enemigos, los que osan acusarme de todos los crímenes, no podrán acusarme de haber reñido por una mujer. Nunca como entonces he sido fiel a mi divisa: Despreciar a los demás y no amarse a sí mismo»

(Sonata de estío)

JESÚS DE NAZARETH

Para que no nos sigan haciendo perder más el tiempo con asuntos tan abstrusos como la divinidad de Cristo. Está bien algo de lo que dijo Jesús entre su nacimiento y su muerte, como lo de llevar la espada y terminar con los hipócritas. Pero eso de que Dios Padre dejó encinta a una virgen mortal de un Dios hijo mediador por cuya tortura y muerte en la cruz los humanos serían salvados de sus pecados y de la muerte, ¡eso es un delirio, un brote psicótico al que no hace falta añadir nada más para verlo en su realidad!

DEMOCRACIA Y VERDAD

Un hombre, una mujer de partido, no tienen nada que ver con la verdad puesto que lo único que cuenta para ellos son los votos, los votos son su único criterio de «verdad». Pero que una idea o una tesis o un parecer sea mayoritario o haya convencido al mayor número no significa en modo alguno que sea verdadero, esto es evidente e indiscutible. Tal vez, incluso, cuente por ello como más falso que verdadero. De manera que la mujer y el hombre de partido se hallarían obligados por su propia naturaleza a mentir de manera sistemática, a mentir como bellacos. En el sentido de tomar y hacernos tomar como verdadero lo que de ninguna manera lo es. Pero esto mismo sería el significado de «verdad» en el nivel básico o primario.

Es político el que tiene un olfato infalible para detectar la tesis que sirve a los intereses de su Partido, y solo ahí se le presentará entonces la verdad misma, una verdad que querrá inmediatamente hacernos ver como la verdad para todos. Pero esta su verdad necesariamente unilateral es por fuerza, por unilateral, lo contrario de la verdad.

Se sube un peldaño con la relación polémica entre las verdades unilaterales de las personas y los Partidos, peldaño intermedio desde el cual el nivel anterior sería justamente el de lo falso. Por último a veces se asciende al peldaño definitivo con el tipo de relación en apariencia contrario al anterior, es el nivel «racional» del pacto, el contrato, el concierto. Desde aquí por supuesto que los dos inferiores se muestran una vez más como lo falso propiamente tal. Todos y cada uno son verdad y mentira.

PULSIÓN DE MUERTE

Para María Zambrano, tan optimista ella, el fascismo no era cosa española sino extranjera. Y continuaba diciendo que para entender al hombre fascista había que partir de la figura nietzscheana del resentido esencial. Es el resentido un invertido porque odia la vida y da vivas a la muerte en su fuero interno o a voces, y entonces quiere ajusticiar de un tiro en la nuca a los que se sienten felices de vivir y por eso son libres, con la excusa de que necesariamente serían culpables, dado que el mundo no es como tiene que ser. Al contrario de María Zambrano, Jacobo Muñoz aseguraba que en nuestro país tiene que cumplirse el ritual del degüello recíproco cada setenta años como media.

Nos puede sorprender en un primer momento que el fascismo español extraiga hoy sus señas de identidad de la reivindicación de caza y toros. Pero no es nada sorprendente, en el fondo, porque hay apasionados de estas cosas peregrinas que ante todo desean DAR LA MUERTE. Con los toros y la caza, con este tipo de gente se trata solo de pretextos para poder descargar su instinto asesino, cuya acumulación en intensidad les llega a sofocar y a hacerles odiosa la existencia. Incluso llegan los más devotos de este culto mortuorio a hacer de su vida un ejercicio de dar la muerte, a otros o a sí mismos. Como aquella verdadera novia de la muerte que conocí hace un tiempo, lo llevaba inscrito en su cuerpo, una apasionada de los toros que proclamaba por doquier su amor a la cultura española tras rezar con impresionante unción por iglesias y catedrales imponentes. Cultura católica, cultura de la muerte la nuestra, como casi todas las habidas hasta ahora, por lo demás, pero de una muerte que según sus defensores llevaría a la vida eterna. Ahora que, sin duda, debemos dar gracias a Dios por que este ejercicio fascista de dar o darse mulé en cualquiera de los registros, imaginario, simbólico o real, no haya pasado a ser lo que de verdad es, puro y duro odio al género humano y a la vida en general, quedándose de momento circunscrito a los pobres animales. Excepción hecha, claro está, del claro apoyo de mucha de esta gente a los violadores. Y es que por supuesto también la violación es una manera de dar la muerte.

EN HONOR A KUNDERA

«Pero, si el porvenir no representa un valor para mí, ¿a quién o a qué me siento ligado?: ¿A Dios? ¿A la patria? ¿Al pueblo? ¿Al individuo? Mi respuesta es tan ridícula como sincera: no me siento ligado a nada salvo a la desprestigiada herencia de Cervantes»

El arte de la novela

ESCRIBIR LA VIDA COMO ÚNICA MORAL

La única moral no mojigata, no inmoral, es el cuidado de la palabra, que supone un esfuerzo duro y constante, férrea disciplina. Se empieza hablando mal, descuidadamente, y se acaba en el arroyo, devorando niños pequeños. Pero a lo que solo llegan los verdaderos héroes éticos es a no decir sandeces: eso no está al alcance sino de tres o cuatro elegidos de los dioses en cada época. A veces se puede pensar que no es humano.

DEL AMOR AL PRÓJIMO

«Os agolpáis junto al prójimo y tenéis bellas palabras para describirlo. Pero yo os digo: vuestro amor al prójimo es vuestro mal amor a vosotros mismos. Huis de vosotros mismos hacia el prójimo y queréis hacer una virtud de tal cosa: pero yo veo a través de vuestro ‘altruismo’.»

«No os enseño al prójimo, sino al amigo. Que el amigo sea para vosotros la fiesta de la Tierra y un presentimiento del superhombre. Os enseño al amigo y su corazón rebosante. Pero hay que aprender a ser una esponja si se quiere ser amado por corazones rebosantes»

«Y así como el mundo se desplegó [para el amigo], así se repliega de nuevo en anillos, como el devenir del bien a través del mal, o el devenir de los fines a partir del azar»

TIEMPOS MODERNOS

Parece que se pone otra vez de moda el pedazo burra typical Spanish: costura y Misa, novilladas y procesiones, la vida eterna para postre (burra eterna!).

Todo ello con la cobertura ya no tan subterránea del cristofascismo de siempre en versión catolicona: kikos (?), Legionarios de Cristo (??!!), Opusinos de sonrisa beatífica y trajes carísimos, casi seguro que también jesuitas porque andan en todo. En fin, la Camorra vaticanista.

Réplica mediterránea de la Mafia evangelista de Trump y Bolsonaro, menos frontalmente agresiva pero mucho más perversa, astuta y tradicional.