No me atrevo a sentar cátedra sobre la abstrusa cuestión metafísica de los derechos de los animales, sobre todo porque hay muchos negocios muy boyantes que se irían al carajo si esa cuestión se resolviera en sentido positivo, y las mafias siempre infunden respeto.
En cualquier caso, me parece que mi perra Pepa es más noble que Esperanza Aguirre, pero con seguridad es mucho menos peligrosa.
Los animales
Deja un comentario