No existe una condición o una naturaleza como esa que pretende la ideología del canalla simplón (el simplismo constitutivo del canalla sale ganando mucho alivio con ello). Y es que no hay, no existen «los fracasados» en ningún lado. Por la sencilla razón de que mientras uno siga vivo todo fracaso sería reciclable en éxito.
Convertimos la mierda en oro, eso lo hacemos siempre, la especie humana es experta en esa tarea.
Y no es solo que en cada fracaso duerma un éxito preparado para despertar, es que incluso, si lo pensamos bien, habría que decir que todo fracaso tiene un aspecto en el que es un éxito.
Alquimistas
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