Voracidad

Ni dios ni la familia ni el trabajo ni la patria ni el rebaño, el tirano más insaciable en el sacrificio es el YO, y además el que nos exige los sacrificios más cruentos y sobre todo ridículos.

Deja un comentario

Este sitio utiliza Akismet para reducir el spam. Conoce cómo se procesan los datos de tus comentarios.