Dese sus mismos comienzos en los albores de la sociedad de consumo, se ha venido concediendo a los publicistas algo increíble que no lo tuvo jamás el resto de los mortales. El derecho a a mentira, nada menos, con el pretexto de establecer que un publicista es un artista, les llamaban «creativos» a estos incultos bandoleros. Un trolero y un embarcador es desde entonces un genio del arte, asistido además por la investigación de la psicología de ventas y del neuromarketing. Pero la verdad es que en la publicidad hemos aprendido a disfrutar del embuste y la estafa, por eso nos ha convertido en estúpidos contagiándonos de su absoluta estupidez. La publicidad ha abierto las puertas al infierno que ahora se avecina. Trump y Musk no son otra cosa que embaucadores expertos en vender humo. Por eso hay un lazo profundo que une al publicista con el sacerdote.
TEORÍA DE LO REAL
Si la Filosofía sigue interesando e incluso siendo necesaria individual y socialmente, no es sino porque consiste en una visión o teoría de lo real, como afirmaba entre muchos Rosset. Hay otra Filosofía meramente presunta a la que habría que llamar filosofía- ficción. Una filosofía de la pura imaginación donde se puede decir todo lo que uno desee porque no se trata más que de un juego en el se busca lo agradable, lo bonito, lo edificante, lo pintoresco. Un entretenimiento emparentado con la ciencia ficción en el que no se arriesga nada, y entonces no vale casi para nada. La Filosofía es amor a lo real y solo ese amor abre la dimensión esencial de la crítica implacable. La filosofía-ficción es en cambio una masturbación para matar el tiempo bien seguro.
LO TRÁGICO
Como dice C. Rosset, ridiculizar la vida es la única manera de llegar a amarla
LUCRARSE
Hoy lo único sagrado es el derecho al lucro. Y todo lo demás, absolutamente, resultará de interés en la medida en que lo respete y afiance. El único sentido válido de la existencia humana: lucrarse así en el cielo como en la Tierra.
«Salud y pesetas, lo demás son puñetas»
Lo de hoy
Hay que reivindicar lo trans también en el clero católico, pues qué ocurre con todo lo intermedio entre cura y monja. Hay transiciones abundantes de cura a monja y viceversa, que también son de Dios. Formaciones transaccionales que exigen, pero ya, su correspondiente reflejo en la moda y el vestuario. Y muy interesantes en su fecundidad evangélica.
MUERTE Y TAL
Si nos repele la idea de morirnos, para no hablar de la de envejecer que eso sí que es la hostia, en buena medida se debe a su extrema, absoluta vulgaridad. De morirse cualquiera es capaz.
CHARLATANES
El charlatán siempre te quiere hacer comprar lo suyo, que es puro humo, y sin duda es el charlatán justo lo contrario del científico y del verdadero filósofo, no digamos ya del parrhesiasta. Ahora bien, la charlatanería podría tomarse como la única manera de figurar las evoluciones del Inconsciente, porque el Inconsciente está estructurado como el lenguaje del charlatán. Por eso algunos de los seguidores de Freud, o de los que se tienen a sí mismos por tales, serán charlatanes de lo peorcito, Jung por ejemplo. También ocurre que rastrear lo inconsciente se convierte a veces en la mejor coartada para decir puras sandeces como si fueran sabiduría pura, de la más profunda. Una «sabiduría» insoportable porque la charlatanería siempre te hace perder el tiempo.
LA ERA TRUMP 2.0
Es la era del triunfo de la ignorancia que está segura de su falso saber, o segura de que su ignorancia es saber, al mismo tiempo que toma su brutalidad característica por lucha heroica en pro de «la verdad». Era de esperar este triunfo, una vez que se generalizó el uso de los buscadores en Internet. Fueron los pedagogos de la destrucción los que nos trajeron esa idea insidiosa, peor que la bomba de hidrógeno. La idea del valor exclusivo del aprendizaje de competencias, barato y eficiente, porque ya se sabe que «todos los contenidos están en Internet», y la memoria se la cedemos al smartphone. El sentido de la cultura queda reducido al puro entretenimiento bienintencionado. Que nadie es más que nadie significa en la era Trump que nadie sabe más que nadie, o sea, que nadie sabe nada de nada y el único poder es el dinero loco, disparatado, campando por sus respetos. Casi con toda probabilidad, con la era Trump da inicio el fin del mundo, porque el fin del mundo vendrá de la mano de los desmemoriados, con el fracaso del sistema educativo.
TEMPOS NOVOS (Entrevista a Mariano Rodríguez)
A LA MEMORIA DE STENDHAL
«En lugar de amor, gracias y alegría, los bárbaros de Norte y Santo Domingo. No entenebreceré estas páginas con el relato, capaz de poner los pelos de punta, de los horrores de la Inquisición en todo el fervor de su juventud. En cuanto a los bárbaros, eran nuestros padres; mataban y saqueaban todo; destruían por el placer de destruir lo que no podían llevarse; una furia salvaje los impulsaba contra cuanto tenía un matiz de civilización; sobre todo, no entendían una sola palabra de aquella hermosa lengua del sur y esto aumentaba su furor. Muy supersticiosos y guiados por el espíritu de Santo Domingo, creían ganar el cielo matando provenzales. Todo acabó para estos: el amor, la alegría, la poesía. Veinte años después de la conquista (1235), eran casi tan bárbaros y groseros como los franceses, nuestros padres»
