El fascismo

A esta gente lo que le ocurre es que sigue al pie de la letra aquello que dijera, según cuentan, Millán Astray en su famosa arenga salmantina. Es decir, esta gente sí que habría llegado a ser, ahora y casi siempre, lo que de verdad son,  ni más ni menos que Inteligencias Muertas.

De modo que el fascista, con su mera existencia, y eso es lo bueno que tiene, demostraría que la inteligencia, en último término, es lo mismo que el amor, como sabía Platón, como sabía también Aristóteles, como sabía Nietzsche…

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