«En lugar de amor, gracias y alegría, los bárbaros de Norte y Santo Domingo. No entenebreceré estas páginas con el relato, capaz de poner los pelos de punta, de los horrores de la Inquisición en todo el fervor de su juventud. En cuanto a los bárbaros, eran nuestros padres; mataban y saqueaban todo; destruían por el placer de destruir lo que no podían llevarse; una furia salvaje los impulsaba contra cuanto tenía un matiz de civilización; sobre todo, no entendían una sola palabra de aquella hermosa lengua del sur y esto aumentaba su furor. Muy supersticiosos y guiados por el espíritu de Santo Domingo, creían ganar el cielo matando provenzales. Todo acabó para estos: el amor, la alegría, la poesía. Veinte años después de la conquista (1235), eran casi tan bárbaros y groseros como los franceses, nuestros padres»
A LA MEMORIA DE STENDHAL
Deja un comentario
