«Contemplar la naturaleza como si fuera una demostración de la bondad y la protección de un dios; interpretar la historia en honor de una razón divina, como testimonio permanente de un orden del mundo y de un propósito final de carácter ético; interpretar las propias experiencias como lo han hecho durante tan largo tiempo los hombres piadosos, como si todo fuera providencia, todo fuera señal, todo estuviera pensado y enviado por amor de la salvación del alma: esto es lo que ya se ha acabado, tiene a la conciencia en su contra, a todas las conciencias más sutiles se les aparece como algo indecente, deshonesto, como mentira, afeminamiento, debilidad, cobardía, —si hay alguna razón es precisamente por este rigor que somos buenos europeos y herederos de la más larga y valiente autosuperación de Europa» (FW 357: “Para el viejo problema: ‘¿qué es alemán?”, p. 871)
¿RENDIRSE A LA INDECENCIA?
Deja un comentario
