El miedo al azar es nuestra constante. Y en Hegel y su extremada desmentida llegará a coagularse en la superstición más intereresante, duramente paranoica. Así que lo que resulta interesante, de verdad, es el individuo Hegel, y en lo más individual y representativo de ese individuo: su síntoma. Ahora bien, eso por supuesto que aniquila de un solo golpe todo su pensamiento.
QUE LA MEDIACIÓN NOS SALVE
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