«Pero para poder conducir a una humildad en la que haya desaparecido la voluntad propia, toda ascesis debe hacerse en la forma general de la obediencia.»
“Se comprende el lugar que, en el camino hacia la perfección, da Casiano a la humildad entendida como estado permanente de obediencia, aceptación de cualquier sometimiento, voluntad de no querer y renuncia a cualquier voluntad”
De Historia de la Sexualidad IV. Las confesiones de la carne por Michel Foucault, Horacio Pons)