Alarma

Reunidos en una mesa, el inefable ministro Wert y el pájaro de turno de la OZDE con la Patri la del botín, han puesto hace poco de manifiesto su alarma por la situación catastrófica de la Universidad Pública española, dicen ellos a partir de los informes que ellos mismos y sus amigos diseñan, justificando entonces la idea que tanto les interesa del carácter insostenible de su financiación. No es que nos falte dinero hasta para fotocopias, es que el que nos dan lo derrochamos.
La verdad es que compartimos esta alarma, y no sólo porque nuestros universitarios, al parecer, tengan el mismo nivel de los bachilleres japoneses (los japoneses, ya se sabe, que los educan también para manejar dinero e invertirlo, igual es que lo tienen), sino sobre todo por el hecho de que en un país europeo, y se supone que democrático, tengamos el Ministro de Educación que tenemos. Vamos, como un bachiller japonés, o si no del Congo.
El modelo para salir de este caos universitario sin duda serán para esta gente las universidades del Flopus dei, sobre todo si son on line, que por ejemplo suben en las listas amenazando a los profesores en cuanto bajan las calificaciones, y según rumores los tienen doce horas al día trabajando incluidos los fines de semana. (También se oye que alguna tarde es verdad que la reservan para cuchipandas de místico tenor).
Está claro, por lo demás, que estos señores y estas señoras le ven escasa posibilidad de ser explotado a un especialista en Cicerón («no se ajusta al mercado de trabajo», dicen ellos en su caritativo lenguaje), a no ser que el graduado en Clásicas se convierta en camarero del Fluger King. Y entonces se ahorraría mucho con una universidad del Fluger King, directamente. Además, el especialista en Cicerón habrá contraído sin duda la funesta manía de pensar y con ella la tentación de ser libre, algo incompatible con las exigencias de su mercado laboral

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